Con la edad los tejidos corporales pierden su tono; la piel, los músculos y las carnes en general se tornan flácidas, pierdiendo su apariencia de “juventud”. Esto se debe principalmente a un deterioro del colágeno que forma estos tejidos y a la disminución de su producción.
En la treintena, e incluso antes, la producción de colágeno disminuye de 1% a 1,5% por año. Esto significa que a la edad de 50 años el cuerpo produce alrededor de un tercio menos de colágeno. Al no poder fabricar cada día la cantidad necesaria, el cuerpo comienza a deteriorarse poco a poco. El colágeno juega un papel muy importante en los procesos de cura, regeneración y crecimiento del organismo.
Pero con la edad, no solo disminuye la producción de colágeno corporal, sino también nuestro metabolismo y con ello la capacidad de absorber o asimilar los nutrientes por el intestino, se reduce. Por tanto, el aporte de colágeno que ingerimos a través de la alimentación también disminuye, agravando su carencia.
En la treintena, e incluso antes, la producción de colágeno disminuye de 1% a 1,5% por año. Esto significa que a la edad de 50 años el cuerpo produce alrededor de un tercio menos de colágeno. Al no poder fabricar cada día la cantidad necesaria, el cuerpo comienza a deteriorarse poco a poco. El colágeno juega un papel muy importante en los procesos de cura, regeneración y crecimiento del organismo.
Pero con la edad, no solo disminuye la producción de colágeno corporal, sino también nuestro metabolismo y con ello la capacidad de absorber o asimilar los nutrientes por el intestino, se reduce. Por tanto, el aporte de colágeno que ingerimos a través de la alimentación también disminuye, agravando su carencia.
Hoy en día los alimentos disponibles, en general, son pobres en colágeno. La alimentación desequilibrada, insuficiente, y los malos hábitos alimentarios, aumentan el riesgo de carencia de colágeno.
En la actualidad, la transformación y los métodos de preservación de los alimentos presentan una gama de opciones a los consumidores. Sin embargo, dichas transformaciones proponen alimentos cuyo valor nutricional, en muchos casos, es reducido.
A modo de ejemplo, se puede analizar el caso de la carne, una de las principales fuentes de colágeno: durante su transformación, varios nutrientes considerados ricos en colágeno le son quitados y destruidos, en especial las partes colaginosas.
En la perspectiva nutricional, este tipo de transformación tiene un impacto realmente negativo sobre la salud. Según estudios realizados sobre la nutrición, el colágeno en los alimentos ha disminuido debido a que la población prefiere ahora las carnes más simples o delgadas, es decir sin huesos ni cartílagos.
Caso práctico: La “terneza” de la carne (que puede ser definida como la facilidad de morder y masticar la carne) es uno de las propiedades más valoradas por los consumidores. La cantidad de colágeno es el primer factor de variación en la terneza. Se ha observado una estrecha relación entre el contenido de colágeno y la dureza de los músculos. Los músculos de la res con menos colágeno son más tiernos y la clasificación de carnicería a menudo se basa en este parámetro (lomo, cuadril, bifes, etc).
En la actualidad, la transformación y los métodos de preservación de los alimentos presentan una gama de opciones a los consumidores. Sin embargo, dichas transformaciones proponen alimentos cuyo valor nutricional, en muchos casos, es reducido.
A modo de ejemplo, se puede analizar el caso de la carne, una de las principales fuentes de colágeno: durante su transformación, varios nutrientes considerados ricos en colágeno le son quitados y destruidos, en especial las partes colaginosas.
En la perspectiva nutricional, este tipo de transformación tiene un impacto realmente negativo sobre la salud. Según estudios realizados sobre la nutrición, el colágeno en los alimentos ha disminuido debido a que la población prefiere ahora las carnes más simples o delgadas, es decir sin huesos ni cartílagos.
Caso práctico: La “terneza” de la carne (que puede ser definida como la facilidad de morder y masticar la carne) es uno de las propiedades más valoradas por los consumidores. La cantidad de colágeno es el primer factor de variación en la terneza. Se ha observado una estrecha relación entre el contenido de colágeno y la dureza de los músculos. Los músculos de la res con menos colágeno son más tiernos y la clasificación de carnicería a menudo se basa en este parámetro (lomo, cuadril, bifes, etc).
El sueño es esencial en la recuperación y reparación del cuerpo. Es cuando dormimos que nuestro cuerpo busca los nutrientes esenciales, como el colágeno, para convertirlos en otras fuentes necesarias para reconstruir o reparar el cartílago, los tendones, los ligamentos, los músculos, la piel los órganos y las células. Varias investigaciones han demostrado que el cuerpo pasa por un proceso de síntesis de proteínas durante la primera fase del sueño, y es en ese momento que el colágeno debe estar disponible en cantidad suficiente para llevar a acabo este proceso, para que el cuerpo permanezca saludable.
Los medicamentos ofrecen un alivio temporal de los síntomas de una enfermedad, pero exigen también del organismo la energía adicional para combatir sus efectos secundarios. El cuerpo debe utilizar sus propios nutrientes, como el colágeno, para desintoxicarse de los productos químicos que contienen estos fármacos, lo que con frecuencia provoca su carencia. Pocas personas colman esta falta comiendo más nutrientes, y entre más insuficiencia exista, el cuerpo está predispuesto a la enfermedad y a su degeneración.
La disminución hormonal en la mujer a medida que se aproxima a la menopausia, acelera fuertemente la pérdida de colágeno en su organismo.